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El Tratado de Libre Comercio de América del Norte

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El Tratado de Libre Comercio de América del Norte, le ha implicado a México una apertura de mercado de manera más natural, es decir, los productos que se exportan tienen mayor facilidad de entrada al mercado americano y canadiense, este acuerdo trilateral como también se le conoce,  ha permitido a nuestro país darle un impulso a la economía de sobremanera,  al poder establecer líneas de mercado al norte, que además de ser nuestros vecinos más cercanos, tienen una economía fuerte en comparación con México, se trabajó durante muchos años para conseguir este acuerdo, existen críticos que aseveran que al único que le trajo beneficios el TLCAN, ha sido a Estados Unidos, difiero un poco, debido a que sí tomamos en cuenta que antes muchos productos que antes no podían ingresar a esos países hoy están llegando y la economía de algunos sectores ha venido de menos a más, es muy factible que tenga aún deficiencias que no se han logrado pulir, pero las expectativas que se tienen en él no son a corto ni mediano plazo, es por ello que hay que tener paciencia y no dudes que en un futuro se logren ver avances de mayor significación.

Las pláticas y negociaciones del TLCAN coinciden a principios de la década de los noventa, con el momento en que se hablaba de la construcción de un “nuevo orden global”, el cual se caracterizaba por la definición del “fin de la historia”, donde la influencia de la tríada occidental-americana: democracia-libremercado-globalización, invadían todos los esfuerzos tanto de las nacientes economías de Europa del Este, como de las apabulladas naciones latinoamericanas, que venían de la larga noche de la década de los ochentas.

En este sentido el TLCAN se firma en un momento de optimismo, donde la apuesta se hace a los fundamentos “ganadores” de la Guerra Fría, desglosados sugerentemente en los 10 postulados del “Consenso de Washington” los cuales de uno u otro modo, fueron adoptados por la mayoría de los países en busca del desarrollo.

Por todo ello resulta ineludible al abordar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ubicarlo como un prolegómeno de estudio no dentro del debate de 1992, sobre la procedencia o improcedencia de la globalización, tema ya muy superado, sino dentro de la implementación y los resultados de la misma. También resulta útil aprovechar este espacio de reflexión, provocado por los veinte años transcurridos, para revisar la herramienta comercial utilizada, contextualizándola a la luz de los casos tanto de éxito como de fracaso que ha arrojado como saldo este primer impulso globalizador.

El establecer una línea principal del TLCAN, es muy difícil, ya que va encaminado a muchos ámbitos de desarrollo, debido a que si se aplica de la manera en que se planeó, se pueden lograr cosas de gran remembranza, es decir,  se pueden sacar muchos beneficios para todos los países que en el participan, es muy importante tener en cuenta que este tipo de acuerdos tiene mucha textura política, debido a que de facto es de relevancia diplomática; es primordial y enfatizo que el primer punto que se debería tomar en cuenta es una economía planificada y desarrollada para el crecimiento de los sectores productivos que es donde sale la materia prima de muchos de los productos que se consumen en los países, y como bien sabemos el sector productivo a últimas fechas ha sido el más golpeado y por ende si las bases de origen tienen carencias, la cúspide no soportará los embates del movimiento económico tan variable que existe en el mundo.

FUENTE:

http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/4/1667/16.pdf

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